Considero que hay varias razones para decidirse a emprender, algunas tan personales, que sólo son razones para uno y quizás locuras para otros.
Creo que actualmente se dan dos razones principales:
- Liberarse de las malas jefaturas
- El poder de crear y hacer tu propio negocio en tu propio tiempo.
No todos tienen personalidad de emprendedores. No todos tienen personalidad de trabajador dependiente. No todos tienen personalidad de freelance.
Algunos podrían creer que ser emprendedor y freelance, podría ser lo mismo y básicamente no lo es. Una persona freelance, desea no ser dependiente, quiere crear lo propio, pero lo quiere para sí mismo. Acá no estoy hablando de egoísmo o algo que se le parezca, ser freelance, es una proyección personal.
Ser emprendedora o emprendedor es comenzar algo donde parto sola, con socios y crezco para dar trabajo a otros. Crecer y delegar, para que quienes se especialicen en áreas que «yo iniciador de emprendimiento no manejo».
Tanto ser freelance, como emprender, significan una serie de responsabilidades que debemos estar dispuestos a tomar. Acá un lista de lo que se puede pasar al querer lanzarse a la independencia:
- Se trabaja más – no es un mito. Trabajas por lo tuyo, aprendiendo a cada paso. No te liberas de un empleador para mirar tu ombligo.
- Cuesta. Emprender o ser freelance, requiere manejar habilidades blandas que quizás nunca antes tuviste que manejar, puesto que no estuviste sometido a buscar clientes y mantener relación con ellos. Sumándole a esto proveedores y hacer que todo calce en el tiempo en que lo necesitas.
- Entusiasmo y optimismo aterrizado. Sacar adelante un emprendimiento o ser freelance, requiere de una fuerza y de tolerancia a la frustración más grande de la que crees. Tienes que estar dispuesta a caerte y levantarte cuantas veces sea necesario. Sin embargo, esto tiene un punto exacto: reconocer cuando no da para más. No significa rendirse, significa reinventarse. A veces quienes emprenden invierten, pensando que en esa inversión te ayudará a lograr el castillo en el aire, pero sin metas definidas, sólo se está aumentando la deuda.
- Metas: Considerar siempre ¿cuánto necesito ganar y para eso, cuánto debo trabajar? ¿Es real la meta en mi cabeza? Fijar ganancias en el tiempo – y un poco infladas – hará que tu esfuerzo sea más que el necesario. Para emprender no debes hacer lo necesario, debes hacer lo máximo.
- Pedir ayuda: no tenemos por qué saber manejarlo todo. Cuando no sabemos algo que se cruza en el proceso de nuestro crecimiento, hay que buscar ayuda. Amigos, especialistas, mentores, etc.
El camino del emprendimiento o del trabajo freelance, es un trabajo con altos y bajos. Tal vez no todos los meses se ganará lo mismo. Quizás siendo freelance, eso sea algo que puedas superar con cierta «facilidad» y organizándote al saber reconocer las temporadas de vacas flacas. Siendo emprendedor y dando trabajo, el tema es diferente, no te mantienes a ti misma y tus metas, mantienes a quienes has decidido contratar si así fue necesario en tu emprendimiento. Para ambos casos, organización + organización + proyección.
¿Te atreves a dejar de ser dependiente?
Todo requiere esfuerzo, incluso ser dependiente. Sin embargo, si quieres dar el paso, asegúrate de tener, idealmente un «colchón» de ahorros a los que recurrir si las cosas no resulta tan rápido como lo pensabas y confía en ti. Recuerda que esto está basado en tu convicción y motivación.